"Las prácticas yóguicas nos enseñan hasta qué punto puede nuestro cuerpo soportar el dolor y cuánta aflicción puede tolerar la mente. Como el dolor es inevitable, asana (postura) es un laboratorio en el que descubrimos cómo tolerar el dolor inevitable y cómo transformar el dolor que puede ser transformado. Aunque no buscamos el dolor de manera activa, tampoco huimos del dolor inevitable que forma parte de todo crecimiento y todo cambio. Las asanas (posturas) nos ayudan a desarrollar tolerancia en el cuerpo y la mente para así poder soportar el estrés y la tensión con más facilidad. En otras palabras, el esfuerzo y sus dolores inevitables forman parte esencial de lo que las asanas nos enseñan. Si puedes adaptarte y equilibrarte en un mundo que está siempre en movimiento y es inestable, sabrás cómo tolerar el cambio y la diferencia permanente." B.K.S. Iyengar
Se corresponde con uno de los cinco Niyamas o normas de conducta de disciplina individual necesarias para afianzar el carácter del practicante (sadhaka). Santosa significa contento o satisfacción plena; existe contento y sosiego cuando la llama del espíritu no oscila con el viento del deseo; la mente alcanza la unidireccionalidad (ekagra) y, por ende, la paz. El yogui, al no sentir falta de nada, se halla satisfecho de forma natural, y esta satisfacción le procura una dicha sin par.